viernes, 13 de abril de 2007

Cambios sí, pero así NO

Nadie puede estar de acuerdo con el estado actual de las cosas donde lo que prima es la politización de los organismos de control gubernamental, de la justicia, del sistema de elecciones, el centralismo y el estatismo en la mayor parte de actividades que desempeñamos. Pero una cosa es querer el cambio y otra muy distinta cambiar por cambiar. Los cambios sensatos son los que ayudan a mejorar una situación, NO a empeorarla. La disyuntiva está en si cambiamos completamente la constitución y algo que llaman “marco institucional”, lo que lleva adjunto un gran signo de interrogación acerca de lo que nos puede derivar, y votar NO manteniendo la constitución actual pero exigiendo los cambios para mejorarla. He tratado de encontrar argumentos categóricos en quienes promueven el si, empero, no los presentan. En su lugar, lo único que observo es toda una gama de vilipendios contra quienes no opinan como ellos y en algunos casos llegan más allá, usando la violencia para imponer su voluntad. Sin propuestas concretas y sólo enunciados muy generales, la mayor parte de los cuales comparto, es lo que presentan quienes proponen el si a la asamblea constituyente de plenos poderes. La pregunta es en este caso: ¿Todo lo que se enuncia por quienes promueven el si necesita una concentración de poder en una asamblea? La respuesta según conocedores del tema jurídico es NO. Los que apoyan la asamblea señalan que “todos” los caminos de cambio constitucional se han agotado, cosa en nada cierta. La mayor parte de reformas constitucionales que propuso el presidente Correa en campaña están incluidas en la propuesta de reforma presentada por el ex presidente Noboa en 2001. Está en las propias manos del presidente Correa y en ningún sentido tendría alguna injerencia el tan desprestigiado congreso nacional, pues el presidente puede consultar a los ecuatorianos los textos concretos de las reformas y, las que sean aprobadas por el “pueblo” inmediatamente se incluirían en la constitución. Por tanto, es falso que se hayan agotado las opciones de cambio sin asamblea constituyente. ¿Cuáles son las reales intenciones del presidente? ¿En qué país nos quiere convertir? Una vez más aparece un gran signo de interrogación, ya que lo que propuso en campaña lo puede lograr sin la concentración de poder de la constituyente. Es precisamente esta incertidumbre lo que me obliga a votar NO. NO podría jugar al azar con el futuro de mis hijos. NO creo en nada justo que el 51% de los ecuatorianos impongan al otro 49% sus puntos de vista, así reza en las reglas de la asamblea, estos temas tan importantes deberían concretarse con diálogo y consensos, NO con al estilo de la “tiranía de las mayorías”. Habrá quienes digan que eso es democracia, falso, pues la esencia de la Democracia no es la votación sino, un conjunto de instituciones que salvaguarden los derechos fundamentales del hombre: vida, propiedad y libertad. NO bastan buenas intenciones para sacar de la pobreza a los ecuatorianos. NO sólo los subsidios ayudan a la gente de menos recursos, estoy seguro que lo que la gente desea es un empleo digno NO dádivas estatales. NO presidente Correa NO tire abajo la dolarización que es lo único que nos ha blindado de las torpezas de los viejos y nuevos políticos. Cambios si, pero así NO. Antes de votar recordemos las enseñanzas de Lord Acton: “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

*Publicado por Diario El Telégrafo, Guayaquil - Ecuador. Abril 13 de 2007.
Link: http://www.eltelegrafo.com.ec/ShowArticle.aspx?ID=7985

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