viernes, 23 de febrero de 2007

Más de lo mismo y peor, PGE 2007

Consistente con la forma de votar de las últimas elecciones los ecuatorianos votamos por algo diferente, por la promesa de cambio encarnada en el carismático y demagogo presidente Correa. Todo esto resultado de la corrupta democracia presente que ha asqueado a los ecuatorianos y que ha hecho que en gran medida se rechace todo lo instituido; así, el borra y va de nuevo se ha convertido en el pan de cada día, seguido de decepción tras decepción. El presidente Correa llegó al poder porque prometió cambios, sin embargo, luego de la presentación de la pro forma del Presupuesto General del Estado (PGE) de este año, nos damos cuenta que no dejó de ser la retórica que usó para ganar una elección. Este presupuesto, al igual que los anteriores, violenta la prudencia en el gasto público, en el 2007 el gobierno planea gastar US$9.767´730.362,12; si lo comparamos con el aprobado inicialmente en el 2006 se ha incrementado 14,05% mientras que la economía según estimaciones del propio gobierno no va a crecer más allá del 3,5%, el esfuerzo de producir más por parte de la sociedad se despilfarra con ligereza en el PGE. Esto es exactamente lo mismo que han hecho los gobiernos anteriores, un caso que sobresale por lo irres-ponsable y poco recriminado es el último año de gobierno del presidente Palacio, que en 2006 aprobó un PGE que ascendía a US$8.564 millones que ya representaba un incremento de 16,61% con respecto al año anterior, muy superior al crecimiento de la economía, pero terminó gastando US$10.217 millones más del 39,12% que en 2005, sin existir ningún tipo de sanción por el daño que causó a la economía y el irrespeto a la Ley de Responsabilidad que en teoría ata este tipo de hechos. Lo insólito es que el actual gobierno vocifera que su pro forma es austera, y esto se debe a que a poco de presentarla al Congreso se modificó el reglamento de la Ley de Responsabilidad Fiscal para que se compare ya no con el inicialmente aprobado sino con el codificado, y dado lo abrupto del incremento del gasto en 2006, este cambio le brindaba un margen de maniobra enorme y hasta la capacidad de decir que su PGE era austero. Asimismo, no sólo en el incremento del gasto nos basamos para decir que esta pro forma es más de lo mismo, incesantemente el presidente Correa dice que su gobierno es “social” y eso debería reflejarse en el presupuesto, tal cual está estructurado no se ven mejoras en la calidad del gasto en educación y salud, más bien se observa un incremento significativo de los subsidios en más de US$1.300 millones, alcanzando US$3.229,7 millones. Me pregunto, en qué le puede ayudar a la gente de menos recursos el subsidio al “diesel al resto de la economía” que según la pro forma asciende a US$1.043 millones, en qué ayuda al desarrollo económico un subsidio al gas de US$ 498 millones cuando estudios estiman que sólo se necesitan US$150 millones para ayudar a la gente que realmente lo necesita. El PGE en lugar de convertirse en herramienta de desarrollo, una vez más se ha convertido en herramienta de despilfarro e insensatez. Cuidado mientras nos entretenemos con los enredos creados para viabilizar una nueva Asamblea Constituyente perdemos de vista lo que se aprueba en el PGE 2007 que tendría efectos inmediatos en el desempeño de la economía, cuidado más de lo mismo se transforma en más de lo peor.
* Publicado por Diario El Telégrafo, Guayaquil - Ecuador. Febrero 23 de 2007.