viernes, 27 de abril de 2007

La ilusión de la noche NEO-Liberal de Correa

Según el presidente Correa y muchos líderes de opinión, periodistas, políticos, burócratas, empresarios, académicos, etc... La calamidad del Ecuador es el modelo neo-liberal o fondo-monetaristas que se ha aplicado durante muchos años en el país. Tal modelo sólo comparable con la peor de las pestes según sus detractores es el causante de las constantes crisis económicas, sociales y políticas que acontecen en nuestro país. Como solución presentan que el Estado tenga un rol más protagónico que lo que actualmente tiene, planificando y controlando la mayor parte de actividades económicas. Este constante vilipendio al neoliberalismo, me creó la curiosidad de investigar acerca de el. Partiendo de la Escuela Escocesa del siglo XVIII, liberales clásicos, la más conocida aún cuando no la única, encontré que “neoliberal” es un término peyorativo usado por los detractores de dicho modelo, en realidad se lo conoce como Liberalismo. Los verdaderos liberales no aceptan la etiqueta de Neo aún cuando algunos pseudos liberales se autodenominan así. El pensamiento Liberal defiende lo que han llamado la economía de mercado o sistema capitalista. Ver completo
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* Publicado por Diario El Telégrafo, Guayaquil - Ecuador. Viernes 27 de abril de 2007.

jueves, 19 de abril de 2007

Entre el Derecho y la demagogia está el debate

Poco o nada ya se debería decir sobre lo conveniente o no de una asamblea constituyente o sobre el estatuto que la normará, pues ambos ya fueron aprobados por los ecuatorianos. Ahora bien, así las cosas, ahora debemos enfocarnos en discernir sobre el producto final que esperamos resulte de dicha asamblea. Los ecuatorianos han puesto muchas esperanzas en este proceso y es responsabilidad de todos encauzar un debate que brinde las herramientas suficientes para tomar las mejores decisiones, ya que de esto dependen los resultados económicos, políticos y sociales de los próximos años. Cuidado nos pasa lo que a los venezolanos, que en su proceso constituyente de 1999, al final y sin mediar mayor debate por la presión del gobierno (según Allan Brewer-Carías duró apenas un mes), lo que obtuvieron fue un articulado constitucional que no dejó de ser un “agregado de buenas intenciones, deseos y peticiones” en un texto de casi 800 artículos, que poco tenía que ofrecer como marco eficiente para el desarrollo social y económico. La confusión puede ser enorme, pues se puede creer que, por construir en la constitución el paraíso utópico de Sir Thomas Moore, nuestra realidad de pobreza va a cambiar. De ahí la importancia de debatir ideas desde diversas posiciones y establecer nexos causales entre el Derecho y el bienestar general. “El entorno jurídico, no la raza, ni la religión, ni el tiempo, es el ingrediente social que marcó durante el siglo XX las grandes diferencias entre el crecimiento de los Estados Unidos de América y los demás países de Iberoamérica” señala el economista mexicano Luis Pazos. Entonces, la pregunta es: ¿Qué características debe tener dicho entorno jurídico para generar bienestar para TODOS? Y la respuesta la encontramos en los maestros de la Democracia Moderna, entre los que podemos citar a: Frederic Bastiat, Montesquieu, David Hume, Friedrich von Hayek, Guillermo de Humboldt, John Locke, Tocqueville, James Madison, John Stuart Mill, Voltaire. En sus textos podemos encontrar las reflexiones más sesudas sobre las reglas eficientes de convivencia en una sociedad. Y lo que nos dicen estos grandes pensadores es que un marco jurídico eficiente se basa en lo que se ha denominado “Estado de Derecho”. Y no hay que confundir legalidad con Estado de Derecho, ya que por ejemplo, si la Ley le otorgara al gobernante la facultad de actuar a su antojo, los actos de dicho gobernante serían legales pero no estarían enmarcados en el Estado de Derecho. El Estado de Derecho se basa en los derechos fundamentales, anteriores al Estado, vida, propiedad y libertad. En el Estado de Derecho la Ley se usa como una limitación al poder del Estado y no como herramienta para otorgar privilegios a grupos de poder o individuos. Las características que debe tener la Ley según los principios del Estado de Derecho son: 1. La Ley debe ser general. Esto quiere decir que la Ley se aplica a todos sin excepción, y el todos incluye a los gobernantes. En este sentido la Ley se entiende como un conjunto de reglas abstractas imparciales. 2. La Ley debe ser igual. Esto significa que la Ley no se usa para otorgar privilegios, ni a grupos, ni a personas, ni a regiones. 3. La Ley debe ser clara. Esto es que las reglas se establecen para el largo plazo y deben ser ampliamente aceptadas y respetadas. 4. La Ley debe ser justa. En el sentido conmutativo de la palabra no en el distributivo. “La justicia conmutativa no es otra que el precepto de oro: No hagas a los demás lo que no quieres que los demás te hagan a ti”.
En estos temas debemos centrar el debate de ahora en adelante. Siempre debemos tener presente que lo que nos diferencia de los países desarrollados es que allá existe Estado de Derecho que contiene los desbordes de poder de sus demagogos y como bien señaló Benjamín Constant “la voluntad de todo un pueblo no puede hacer justo lo que es injusto”.


* Publicado por Diario El Telégrafo, Guayaquil - Ecuador. Abril 20 de 2007.

Link: http://www.eltelegrafo.com.ec/ShowArticle.aspx?ID=8508

viernes, 13 de abril de 2007

Cambios sí, pero así NO

Nadie puede estar de acuerdo con el estado actual de las cosas donde lo que prima es la politización de los organismos de control gubernamental, de la justicia, del sistema de elecciones, el centralismo y el estatismo en la mayor parte de actividades que desempeñamos. Pero una cosa es querer el cambio y otra muy distinta cambiar por cambiar. Los cambios sensatos son los que ayudan a mejorar una situación, NO a empeorarla. La disyuntiva está en si cambiamos completamente la constitución y algo que llaman “marco institucional”, lo que lleva adjunto un gran signo de interrogación acerca de lo que nos puede derivar, y votar NO manteniendo la constitución actual pero exigiendo los cambios para mejorarla. He tratado de encontrar argumentos categóricos en quienes promueven el si, empero, no los presentan. En su lugar, lo único que observo es toda una gama de vilipendios contra quienes no opinan como ellos y en algunos casos llegan más allá, usando la violencia para imponer su voluntad. Sin propuestas concretas y sólo enunciados muy generales, la mayor parte de los cuales comparto, es lo que presentan quienes proponen el si a la asamblea constituyente de plenos poderes. La pregunta es en este caso: ¿Todo lo que se enuncia por quienes promueven el si necesita una concentración de poder en una asamblea? La respuesta según conocedores del tema jurídico es NO. Los que apoyan la asamblea señalan que “todos” los caminos de cambio constitucional se han agotado, cosa en nada cierta. La mayor parte de reformas constitucionales que propuso el presidente Correa en campaña están incluidas en la propuesta de reforma presentada por el ex presidente Noboa en 2001. Está en las propias manos del presidente Correa y en ningún sentido tendría alguna injerencia el tan desprestigiado congreso nacional, pues el presidente puede consultar a los ecuatorianos los textos concretos de las reformas y, las que sean aprobadas por el “pueblo” inmediatamente se incluirían en la constitución. Por tanto, es falso que se hayan agotado las opciones de cambio sin asamblea constituyente. ¿Cuáles son las reales intenciones del presidente? ¿En qué país nos quiere convertir? Una vez más aparece un gran signo de interrogación, ya que lo que propuso en campaña lo puede lograr sin la concentración de poder de la constituyente. Es precisamente esta incertidumbre lo que me obliga a votar NO. NO podría jugar al azar con el futuro de mis hijos. NO creo en nada justo que el 51% de los ecuatorianos impongan al otro 49% sus puntos de vista, así reza en las reglas de la asamblea, estos temas tan importantes deberían concretarse con diálogo y consensos, NO con al estilo de la “tiranía de las mayorías”. Habrá quienes digan que eso es democracia, falso, pues la esencia de la Democracia no es la votación sino, un conjunto de instituciones que salvaguarden los derechos fundamentales del hombre: vida, propiedad y libertad. NO bastan buenas intenciones para sacar de la pobreza a los ecuatorianos. NO sólo los subsidios ayudan a la gente de menos recursos, estoy seguro que lo que la gente desea es un empleo digno NO dádivas estatales. NO presidente Correa NO tire abajo la dolarización que es lo único que nos ha blindado de las torpezas de los viejos y nuevos políticos. Cambios si, pero así NO. Antes de votar recordemos las enseñanzas de Lord Acton: “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

*Publicado por Diario El Telégrafo, Guayaquil - Ecuador. Abril 13 de 2007.
Link: http://www.eltelegrafo.com.ec/ShowArticle.aspx?ID=7985

jueves, 5 de abril de 2007

Plan de gobierno para un Ecuador sin pobreza

Los tres últimos presidentes elegidos por voto popular han sido cesados en sus funciones por multitudinarias marchas motivadas por el descontento por las crisis económicas y/o políticas que azotaban el País. Esto nos indica que la ilusión populista está pasando la factura a la Democracia ecuatoriana. Los presidentes siempre han llegado con un discurso populista, prometiendo “redistribución de riqueza” y nunca “creación de riqueza”; es decir, nunca entendieron que primero se produce y luego se consume. Al estar imposibilitados en aliviar la pobreza, pues sus políticas más bien la crean, la población se siente traicionada y exige el cambio. Esta ha sido la historia de la Democracia ecuatoriana en los últimos años, generando la desconfianza por parte de los ecuatorianos en las instituciones democráticas, lo que se ve reflejado en el caos que se vivió para la salida del presidente Gutiérrez y la petición de que se “vayan todos”. Ahora el presidente Correa, comete el mismo error que todos los anteriores, piensa primero “redistribuir” en lugar de “crear riqueza”; así las cosas, una nueva oportunidad se pierde cuando el resto avanza. ¿Qué impulsa el desarrollo sostenido? Sólo necesitan ver al mundo y copiar lo que ha tenido éxito. En el caso ecuatoriano tendríamos que: - Mantener una moneda dura para nuestras transacciones, que nos ha vuelto inmunes a los vaivenes políticos. - Promover la eliminación de todos los impedimentos y trabas escondidas para el libre comercio entre los ecuatorianos y el resto del mundo. - Facilitar la creación de más y mejores empresas a través de simplificar los procedimientos para iniciar actividades. - Promover una reforma tributaria, que reemplace el impuesto a la renta progresivo, que desincentiva la creación de riqueza, por uno de tasa fija que es el que distorsiona en menor medida el sector productivo. - Eliminar todos los monopolios estatales, que dadas sus ineficiencias, no permiten que los productores ecuatorianos sean competitivos. - Promover una reforma en la Seguridad Social, separando la salud de los fondos de pensiones. Implementar el sistema de capitalización individual, que asegurará que “todos” reciban pensiones dignas, no como el sistema de reparto vigente que empobrece a todos. - Promover la integración del sistema financiero ecuatoriano al mundo, lo que permitirá que la competencia se introduzca en el sistema, generando tasas y condiciones de crédito beneficiosas. - Cambiar el sistema de educación pública, haciendo a los municipios responsables de la misma e introduciendo el sistema de bonos escolares, lo que asegurará que los de menos recursos tengan una educación de calidad. - Cambiar el actual sistema de elecciones, por uno de Distritos electorales, acercando al representante al representado. Facilitar la gobernabilidad del País, realizando las elecciones para diputados en la segunda vuelta presidencial. - Limitar el gasto público y reestructurar el sector público para impedir los pipones en la burocracia. - La reestructuración de la deuda pública debe estar atada al impedimento constitucional para que un presidente endeude más a los ecuatorianos. Sólo se podría endeudar al País con la aprobación del 80% del Congreso. Si sólo un tercio de esto se implementara, Ecuador entraría a paso firma en la senda de crecimiento sostenido por propio mérito, sin caridad ni dádivas externas. Caminemos la senda de un Ecuador sin pobreza. PD: Este artículo fue publicado en abril 22 de 2005 luego de la salida del presidente Gutiérrez. Casi dos años después, en nada hemos avanzado.

* Artículo publicado por Diario El Telégrafo, Guayaquil - Ecuador. Viernes, abril 6 de 2007.
Link: http://www.eltelegrafo.com.ec/ShowArticle.aspx?ID=7517